Lo siguiente
que voy a contar se trata de una tradición que tenemos en nuestra familia desde
que nos pareció oportuno: el tesoro del alma.
Cada
integrante de la familia debe escribir todo lo que le parezca relevante sobre su
vida en una especie de diario, en el formato que quiera, a lo que llamara El
tesoro de su alma. Puede ser escrito, imágenes, videos, dibujos, una mezcla de
varios etc. Idealmente, si no es por escrito se debe adjuntar explicaciones si
fuera necesario.
Todo esto
quedara oculto hasta el día de su muerte, donde alguien o varios de su familia,
incluso podrían ser todos, según esta persona haya elegido, pueda tener este
tesoro.
¿Qué se espera
que diga? Que se describa, que cuente sobre su vida, sus miedos, deseos,
logros, fracasos, gustos, secretos, anécdotas, etc. Todo lo que pueda ser
interesante para su familia. La o las
personas que dispongan de esta información pueden hacer con ella lo que quieran
pero el día de su muerte, si no la sacó a la luz antes, deberá hacerlo junto al
tesoro propio.
¿Cuál es el
fin de esta tradición? Por un lado simplemente un recuerdo, por otro el
descubrimiento de parte de nuestra historia familiar y una forma de revalorar a
cada integrante ya fallecido.
¿Qué pasa si
alguien no deja su tesoro del alma? Todos los familiares deberán tomarse el
trabajo de hacer el tesoro de esta persona, cada uno aportando lo que considere
y dejar el tesoro libre para quien quiera verlo.
Es decir, si
alguien no hace su tesoro propio, no estaría faltando a la tradición
simplemente estaría eligiendo que los demás hablen por él.
Está es
nuestra tradición que honramos con mucho amor y respeto. Algunas veces en la
misma ceremonia de velar a la persona o quemar sus cenizas se deja un momento
para sacar a la luz su tesoro del alma. Otras veces pasan algunos días y se
pone una fecha como todo un evento que el o los organizadores manejan a su
gusto, los hay de los más tranquilos, tristes o alegres, hasta alocados y
divertidos como una super mega fiesta y en cada uno se descubre el tesoro del
alma del que ya partió. Todos, todos son inolvidables.
JL